La adicción a las pantallas es una dependencia no relacionada con sustancias que lleva a estar continuamente conectado para aliviar el malestar emocional.
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Jugar a videojuegos sin control, consultar las redes sociales a todas horas, no poder separarse del móvil o ponerse nervioso si no conectas con internet son algunos de los síntomas que pueden alertar sobre la existencia de adicción a las pantallas, una dependencia conductual no relacionada con una sustancia.
Lo que entendemos como instrumento de trabajo o dispositivo de entretenimiento puede, con el uso continuado, convertirse en el centro de la vida de una persona y la causa de un alejamiento progresivo de la realidad ocasionando graves problemas físicos y mentales
La adicción supone la sustitución de la vida real por la vida digital. Por lo que no solo es utilizar los dispositivos en cualquier parte, sino relacionarse a través de las pantallas y crear una identidad digital alejada del mundo real. Mientras tanto, el poco tiempo en el que no se utiliza la tecnología se invierte en pensar cómo mejorar la presencia online, obtener más seguidores, visualizaciones.
La pérdida de control y la dependencia caracterizan esta adicción sin sustancia. Comienza cuando prestan más atención al móvil que a la familia o amigos, se relacionan con ellos por mensajería instantánea y revisan de forma obsesiva sus redes sociales… Finalmente el síndrome de abstinencia les llevará a estar continuamente conectados para aliviar su malestar emocional.